Alicia en el país de las maravillas es ya de por sí un libro curioso, extraño, muy loco. Yo lo leí de adolescente y entendí de la misa la mitad (algo que me pasó también con muchos otros libros), pero años después, ya en mi época de estudiante adulta, un profesor de filosofía lo utilizó en sus clases para captar nuestra atención (funcionó, a la vista está) y me cautivó de tal manera que tuve que volver a leerlo. Ahí descubrí que hay muchas curiosidades ocultas tras esta fascinante historia, y estoy segura de que aquí te voy a descubrir unas cuantas cosas que no sabías de Alicia en el país de las maravillas. Este año esta obra de arte de la literatura universal cumple nada menos que 150 años, ¿quieres que repasemos juntos algunas de esas curiosidades, a ver cuáles sabías y cuáles no? Pues vamos allá.
Curiosidades curiosas sobre Alicia en el país de las maravillas
1. Que el autor de Alicia en el país de las maravillas es Lewis Carroll probablemente ya lo sabías, pero que su nombre real era Charles Lutwidge Dodgson y que tenía 10 hermanos varones probablemente no. De todas formas, lo más curioso no es esto, sino el hecho de que TODOS ellos eran zurdos y tartamudos, algo que convirtió a Charles en alguien tímido y retraído, con una intensa vida interior (en el siglo XIX todavía se consideraba algo demoníaco escribir con la mano izquierda y se intentaba corregir). Y menos mal.
2. El personaje de Alicia está basado en la niña Alice Lidell, vecina de Carroll… y su gran pasión. Realizó muchísimas fotografías de la niña (Carroll era un enorme aficionado a la fotografía), y la historia está inspirada en un cuento que inventó para ella en una ocasión. La ilustración de Alicia, en cambio, se creó partiendo de cero, parece ser que para evitar enfadar más al padre de Alice, quien no veía con buenos ojos tan extraña relación entre su hija y un hombre adulto.
La verdadera Alicia
3. La obra tiene una secuela, A través del espejo y lo que Alicia encontró allí (1871), y las todas las adaptaciones cinematográficas que se han hecho, incluyendo la de Disney, están creadas a partir de un compendio de ambas obras.
4. Toda la historia al completo es una partida de ajedrez (Lewis Carroll era matemático y un gran aficionado a este deporte). En la partida, Alicia gana en 11 jugadas, empezando con un peón blanco y acabando como Reina Blanca. Es difícil seguir la partida (para mí que no tengo ni pajotera idea de ajedrez, es imposible), pero parece ser que los entendidos sí son capaces de narrarla. Incluso hay una variante de este juego llamado El ajedrez de Alicia, que se juega con dos tableros en lugar de uno, en honor a su visita al mundo más allá del espejo, en el que todo estaba, lógicamente, reflejado.
5. El Gato de Cheshire es uno de los personajes más inquietantes y a la vez más divertidos de esta alocada historia. Cuando se separa de su sonrisa durante una conversación con Alicia, Carroll está jugando con la separación de la realidad física y la de los conceptos matemáticos. Lo cierto es que este personaje es la prueba fehaciente de que este es un libro disparatado precisamente porque es aplastantemente lógico. Como muestra, un extracto de la conversación que mantiene con la niña:
– ¿Podría decirme, por favor, qué camino debo tomar?
– Eso depende de a dónde quieras ir -respondió el Gato.
– Lo cierto es que no me importa demasiado a dónde… -dijo Alicia.
– Entonces tampoco importa demasiado en qué dirección vayas -contestó el Gato.
– … siempre que llegue a alguna parte -añadió Alicia tratando de explicarse.
– Oh, te aseguro que llegarás a alguna parte -dijo el Gato- si caminas lo suficiente.
6. Existe una patología denominada «Alicia en el país de las maravillas», o micropsia. Es un trastorno neurológico que afecta a la percepción visual, y que hace que la persona perciba los objetos mucho más alejados y pequeños de lo que realmente están y son.
7. Antes era muy común que los sombrereros estuviesen, en verdad, locos. Pintaban los sombreros con pintura de plomo y eso, unido al pegamento que utilizaban para trabajar, les producían trastornos mentales muy reales.
8. Lewis Carroll escribió también algunos tratados de lógica, como El juego de la lógica, en el que intenta demostrar que el exceso de rigor y de supuesta cordura puede llevar, en realidad, a la locura. Por eso utilizó el recurso de la infancia para así refugiarse en un lugar donde lo lógico es la fantasía, y no al revés.
Alicia: – Es imposible.
La Liebre: – Solo es imposible si lo piensas, Alicia.