Hoy en SelfPackaging, os traemos lagrimas de felicidad para una boda
Para lágrimas de felicidad sí que podemos hacer siempre un huequecillo, ¿verdad? Dramas no, nada de dramas, que ya bastante nos trae la vida, pero si es por una buena causa, porque algo nos toque la fibra sensible… entonces sí, ¡bienvenidas sean!
Foto de Neysa Ruhl Photography
Yo lloro en las bodas. Bueno, yo es que soy de llorar; lloro en las bodas, en los bautizos y en las comuniones; lloro con los anuncios de Coca Cola en Navidad y con las pelis de Pixar. Vamos, que tengo que andarme con ojo para no deshidratarme a la primera de cambio y caer redonda. Pero sí, en las bodas se llora, y está bien visto además, está socialmente aceptado, por lo que no es necesario que una se corte ni un pelo, lo que es de agradecer. Así que porque no regalar a vuestros invitados unas bonitas cajas de lagrimas de felicidad
Y es que ese momento de emoción, ese instante en que el cura o el juez dicen algo que implica que esa pareja se está jurando amor eterno, sea o no sea verdad al final, que eso es harina de otro costal… eso nos llega a nuestros corazoncitos, como un golpecillo seco en el codo, de esos que hacen que te recorra un calambre de arriba a abajo.
Yo es que, por llorar, lloré hasta el día de mi propia boda, ahí es ná. Imaginaos la que pude liar el día que se casó mi hermano pequeño.
Pero claro, esto tiene sus inconvenientes. Que una se planta su rímel waterproof, sí, pero, ¿y ese maquillaje curradísimo? ¿Y esos polvos compactos que matifican y esplendorizan nuestro look? ¿Y ese contorno de ojos que hace que parezcamos un dibujito manga, de lo que nos profundiza la mirada? ¿Y esa sombra de ojos efecto smoky que se nos va a ir al garete? ¡No lo podemos permitir!
Pero no pasa nada, que no cunda el pánico, que aquí está SelfPackaging para solucionar la papeleta. Y es que tenemos el producto que estabais buscando, o que quizás ni habíais empezado a buscar porque no se os había ocurrido que lo necesitabais… pero sí, sí, lo necesitáis, y aquí estamos nosotros para crearos esa nueva necesidad… ¡perdón! Se trata, atentos al dato, de un kit de 25 cajitas para lágrimas de felicidad, única y exclusivamente para lágrimas felices, nada de tristezas (a no ser que entre los invitados esté el ex de la novia que un día la dejó escapar… ¡eso es otro tema!). Las hemos decorado con una preciosa y sencilla tipografía, clásica, como escrita con máquina de escribir, y un estampado delicado. Todo en una tinta, todo muy sobrio, muy elegante y muy fino. Como tú mismo, vaya.
Cajas para lágrimas de felicidad, ¡única y exclusivamente!
Encontrarás estos sobres blancos e impresos para lágrimas de felicidad aquí
Encontrarás estos sobres kraft e impresos para lágrimas de felicidad aquí
Además, por si quieres customizártelo tú mismo, por si quieres añadirle alguna frase de tu propia cosecha o un washi tape molón, estamparle un sello chachi o, sencillamente, porque te gusta la sobriedad ante todo, también lo tenemos disponible liso, sin impresión ni frase ni nada, en color blanco o en color kraft, tú decides.
Encontrarás estos sobres blancos para lágrimas de felicidad aquí
Encontrarás estos sobres kraft para lágrimas de felicidad aquí
Así que ya lo tenemos todo. Tenemos una pareja que se va a querer para toda la vida (que sí, que sí, que no seáis malos). Tenemos unos invitados que no pueden estar más guapos ni más elegantes. Tenemos un lugar idílico, o por lo menos práctico, mucha ilusión y muchas horas por delante para pasárnoslo estupendamente. Tenemos nuestros sobres para lágrimas de felicidad. Ahora solo nos queda gritar «¡que vivan los novios!»… ¡y a llorar libremente!
… y comieron perdices