En un mercado saturado de productos y de competencia, cualquier detalle puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso. Por eso, el packaging siempre ha sido una gran herramienta para destacar sobre la masa de productos, así que sin duda un buen packaging se puede convertir en un valor que haga incrementar las ventas. Pero, ¿cómo podemos hacer que un “sencillo” contenedor se convierta en un activo de venta y memorabilizar tu marca? Acompáñanos, ¡en SelfPackaging vamos a explicártelo!
Haz que tu producto sea relevante
Un buen packaging no solo se basa en ser llamativo, si no que potencia al propio producto y lo hace relevante y diferente. Por ejemplo, en Nutella decidieron darle valor de una manera muy sencilla: haciendo que pudieras comprar tu bote de Nutella con el nombre que escogieras. Aunque a simple vista parece sencillo, lo cierto es que lograron lo que buscaban, que era hacer que el cliente tuviera una vinculación con su producto. Y un vínculo no es algo que se rompa fácilmente. De esta manera lograron atraer a nuevos clientes a los que les hacia ilusión tener un gran bote de chocolate con su nombre, y fidelizaron a los antiguos. Por no hablar de lo que lograron en redes sociales. ¿Quién no ha visto fotografías de sus amigos posando con el bote de Nutella con nombre? No es sencillo encontrar la manera de que el packaging potencie el producto, pero si lo logras, tendrás un activo muy valioso para tu marca.
Ayuda al cliente en su decisión de compra
Pongámonos en la situación de estar en el centro comercial. Tienes delante un producto de limpieza, pero no sabes si es lo que necesitas. En la parte de atrás hay mucha letra y nombres técnicos. ¿Compararías el producto? ¿O escogerías antes uno que mediante tu móvil y haciéndole una foto te diga los beneficios y características claves? El packaging no solo es para llamar la atención, si no que también ha de facilitar la decisión de compra al cliente, y eso se consigue ayudándole y dándole motivos para escogernos. Con las nuevas tecnologías y el smart packaging en este sentido es más sencillo, pero no todos los buenos packaging han de incluir tecnología para destacar.
Ediciones limitadas que se adaptan a la moda
Por definición, una moda es algo pasajero, mientras que el packaging acostumbra a ser algo semifijo. Se va renovando con el tiempo, pero no tan a menudo como las modas. Por eso, una buena manera de demostrarle a los clientes que tu marca es actual mediante las ediciones limitadas. Estos son packaging, o colecciones cápsula, que se lanzan durante un tiempo determinado y después no vuelven a comercializarse. No se lanzan como sustituto del packaging “principal” de la marca, si no como un extra, algo que si el cliente quiere ha de comprar lo antes posible, por si acaso se agotan. Además de transmitir que nuestra marca es una marca moderna y que presta atención a lo que pasa en el mundo que le rodea, también apelamos al sentido de exclusividad de los clientes y que todos tenemos.
Haz un packaging simple
El mercado, especialmente el retail, está muy sobresaturado. La decisión de compra de los clientes cuando están frente a los productos dura unos pocos segundos. Si hacemos un packaging complejo, donde el cliente ha de pensar mucho o lleno de letra con información, el posible cliente simplemente buscará un producto que no le agobie. Hoy en día la sociedad vive muy ocupada como para pararse a leer y comparar productos. Por eso un packaging sencillo y vistoso, que tenga la información justa y necesaria, es sin duda un gran valor que el cliente agradece después de la fatiga que supone estar constantemente rodeado de marcas.
Rediseña productos de stock
A veces las empresas empiezan a acumular stock de productos que ya no tienen tanta salida en el mercado, ya sea porque no terminan de gustar o porque hay otros más nuevos y mejores. Un buen método que puede ayudar a reducir estos stocks y, por supuesto, recuperar parte de la inversión es la creación de kits con descuentos. Para estos productos “atascados”, una nueva imagen de packaging y un descuento extra, puede hacer que el cliente se sienta atraído o tenga la sensación de que el producto es suficientemente diferente como para darle otra oportunidad. A veces cambios mínimos en el packaging pueden lograr grandes resultados.
Crea kits por categorías
Otra buena manera de reducir stocks y aumentar las ventas, es la creación de kits por categorías. Esto funciona en concreto con marcas que tienen productos distintos pero dentro de una misma categoría (por ejemplo higiene). Con un sencillo rediseño, como puede ser una faja de cartón puedes aportarle una comunicación distinta además de juntar productos diferentes. Este último puede aprovecharse para hacer venta cruzada, por ejemplo, diciendo que por la compra de un kit recibes un tanto por ciento de descuento en otro producto. Este sin duda es un buen método para reducir stocks de productos antiguos a la vez que potencias las compras de uno nuevo.
Ahora que conoces algunas técnicas para aumentar ventas con el packaging, solo queda que intentes aplicar la que mejor encaje con tu marca. Por supuesto hay infinitas formas de aplicarlas y no es algo sencillo que depende de la situación, pero si logras ajustarlas a tus objetivos, puedes conseguir resultados increíbles que irán más allá de las ventas.
Fuente: Box Maker