Hoy queremos hablar de la fotografía, así que hemos querido aprender de ella con grandes profesionales del sector. Fotógrafos profesionales y apasionados, especializados en arquitectura, en bodas, en fotografía de calle, en fotografía publicitaria, etc.
Para conocerlos mejor y saber más sobre su trabajo diario, nos acercamos a ellos en 5 sencillas preguntas.
En las entrevistas nos hablan de sus secretos a la hora de capturar los momentos, expresiones o paisajes. También nos hablan de su formación y su día a día. Nos hablan de Instagram y de una actualización profesional continua.
¡Una entrevista que no te puedes perder!
Aunque ahora me dedico a la fotografía, también soy arquitecto y he trabajado muchos años en ello. La fotografía fue desde un primer momento una de las herramientas que más me interesaron y me ayudaba el proceso de diseño y construcción de mis proyectos.
La crisis en la construcción me permitió tener más tiempo y desarrollar con más intensidad mi fotografía e ir trabajando en diferentes proyectos.
Empecé hace ya casi 17 años, más que nada porque mi padre siempre llevaba una cámara con él cuando hacíamos escapadas en los veranos. Supongo que al recorrer España y los parques nacionales se me fue pegando el tener una cámara conmigo.
Con el paso del tiempo fui cogiendo más práctica, era más bien autodidacta, hasta que comencé a estudiar Imagen y Comunicación y Dirección cinematográfica para centrarme un poco más en el tema del vídeo y la fotografía. Pero siempre fue mi pasión.
La fotografía es mi pasión, siempre he estado interesado en ella. Desde pequeño me encantaba ver fotos, me fijaba en esos instantes maravillosos de nuestros padres, familiares y siempre soñaba con la posibilidad de hacer lo mismo. La fotografía es una afición, no me dedico profesionalmente a ello, aunque me ha dado muchas alegrías y experiencias increíbles.
No fue una decisión, sino más bien la consecuencia de una serie de circunstancias: la compra de mi primer iPhone en 2010, la aparición de Instagram a finales de ese año, y la archiconocida crisis mundial que, a mí como arquitecto, me golpeó de lleno. Tenía mucho tiempo libre, y en lugar de emplearlo en buscar trabajo, lo empleé en hacer fotos con un móvil y subirlas a Instagram. Todo lo que vino después fue una consecuencia de este inicio en la fotografía móvil.
No considero que esté especializado en fotografía, para mi es un hobby. De hecho soy arquitecto técnico y me dedico a ello profesionalmente. La fotografía desde siempre fue y sigue siendo una afición. Lo que nunca me hubiera imaginado, cuando empecé con esto de Instagram, es el cambio que supondría este hecho, en mi relación con la fotografía, con la arquitectura y sobretodo con mi ciudad Barcelona y las ganas de explorar todos sus rincones.
Simplemente, sucedió. Me formé como arquitecto en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia, y conforme pasaban los años me iba dando cuenta de que era el aspecto visual y documental el que más me atraía de esta doctrina. Pero sin duda, el momento en el que empecé a explorar su vertiente más creativa junto a Anna Devís (@anniset) a través de Instagram fue cuando me di cuenta de que era eso a lo que me quería dedicar en adelante.
Desde pequeña la foto me interesó, mi madre es pintora, así que siempre he sido una persona muy visual. La fotografía es mi manera de expresarme.
De pequeño ayudaba a mi padre con el proceso de revelado de película y papel, le fui cogiendo gustillo y ya no lo dejé.
No fue una decisión tomada en concreto, si no que poco a poco los caminos me llevaban a la fotografía, en cierta manera fue el azar o la suerte lo que trajo mi primera cámara fotográfica.Unas navidades a mis padres les tocó un pellizco muy pequeño del gordo de Navidad y nos preguntaron que nos apetecía tener de regalo, lo mágico de todo es que aún me pregunto por qué dije una cámara de fotografía. Mi padre es abogado y mi madre su secretaria y nunca hemos sido una familia de tener cámaras de fotos.
Como en esa época no estudiaba y apenas trabajaba y la fotografía me encantaba decidí inscribirme en una escuela de arte, en concreto en Fotografía Artística y desde entonces la fotografía no ha parado de darme alegrías.
La fotografía me ha acompañado intensamente desde que era un niño. Mi padre siempre ha sido un gran amante de este arte y crecí rodeado de cámaras. Tenía unos 10 años cuando empecé a trastear aquellas “réflex” que estaban por casa, y tal fue la pasión que sentía, que años más tarde acabé estudiando fotografía.
Yo vengo del mundo de la moda (Cecilia) y Nieves, mi socia, del Diseño Gráfico. El tema de la imagen es algo que siempre nos ha llamado la atención. Supongo que todo empieza como un hobby, cuando adoras las imágenes, el cine, el arte… así que llega un momento en que quieres empezar a generar tus propias imágenes, tus propios recuerdos, tu propia historia fotográfica. En mi caso yo lo llamo Síndrome de Diógenes Emocional, cuando hago fotos capturo ese momento y viendo esa imagen siempre puedo volver a él, a como me sentí, a la gente con la que estaba, a lo que paso antes y después de esa foto. Es como una pequeña teletransportación.
No puedo decir que esté especializado. Más bien «especialmente interesado».
Pues todo empezó de manera natural, haciendo fotos de las cosas que nos gustaban: snowboard, skate, música y de repente algunas revistas se interesaron por nuestro trabajo. Así estuvimos unos años, hasta que decidimos crear nuestra propia revista en la que trabajamos durante 4 años, hasta que hubo que cerrar puertas.Muchas otras revistas también cerraron y llegó el momento de probar algo nuevo. Las bodas siempre nos habían llamado la atención, así que decidimos crear F2Studio y mezclar la fotografía de bodas con la fotografía de naturaleza, fue también un proceso muy natural y en poco tiempo empezamos a tener clientes interesados en tener unas fotos diferentes el día de su boda.
Estudié Bellas Artes y en mi primer año empecé una asignatura de fotografía. Me llevaron a revelar mi primer carrete al laboratorio y ese día empezó la magia. Me quedaba todos los días en el laboratorio, comía allí, y casi que cerraba la Universidad porque salía la última. Ese año el profesor me recomendó que me fuera a un taller de fotografía en Cabo de Gata que organiza Oscar Molina, y desde entonces, nunca he dejado este mundo.
Tenía un buen trabajo, horario y salario pero no era feliz, necesitaba trabajar con las “manos” y además colaboraba con una ONG. Pero desde pequeña siempre he estado haciendo fotos, así que decidí en mi tiempo libre apurarme a un curso donde me enseñasen a usar la máquina en manual, ya que no sabía ni que era el obturador…. al final, dejé mi trabajo y me tiré a la piscina y en tres meses ya estaba ganándome la vida con la fotografía. Suena muy bonito pero fue muy duro, por el camino tuve que vender mi coche, perdí mi casa, y dejé de tener vida hasta tal punto de estar más de 8 años sin vacaciones. Pero no me arrepiento de NADA, soy muy feliz con mi vida porque amo lo que hago y hago lo que amo.
Mi hermana Patricia es una apasionada de la fotografía desde pequeña , mi madre ya lo es y hemos crecido rodeadas de fotografías por todas partes y haciéndonos sesiones de fotos cada verano y de cada evento familiar pues mi madre pensaba que tenía que haber un recuerdo de cada momento importante. Mira cómo empieza su perfil en nuestra pagina web:
La fascinación de Patricia Salinero por la fotografía se remonta a su niñez, periodo en el que pasaba horas viendo y seleccionando antiguas fotografías familiares que se guardaban en un gran cajón de casa. Estudió marketing y gestión comercial, pero sentía que su vocación era la fotografía por lo que realizó un master de fotografía con la suerte de tener profesores de la talla de Castro Prieto, Chema Madoz, Alix, Miguel Oriola, Luis Malibran y Ouka Leele entre otros. Empezó como fotógrafa freelance y en 1997 decidió crear su propio estudio: Click 10. Viendo la carencia artística que existía en la fotografía de tipo social decidió reinventar un nuevo lenguaje fotográfico para enriquecer este sector, que estaba anquilosado en fotografías estáticas y muy posadas.
Lo principal para adentrarte en un tema es tener curiosidad y pasión por él. Si eso es así, el camino para aprender es sencillo porque al ir practicando todo se va descubriendo poco a poco. Si se quiere profundizar puede ayudar mucho realizar workshops, cursos especializados o leer libros técnicos.
La parte técnica tiene una cierta relevancia, pero desde mi punto de vista es más importante ver buenas fotografías, mirar con curiosidad, descubrir el punto de vista de lo que han realizado o realizan otros fotógrafos, para luego volver y centrarte en tu propia fotografía, desarrollando y profundizando en tu propio trabajo.
Lo importante siempre es observar el mundo que nos rodea, que es lo que nos llama la atención y hacer un listado de cosas que nos gustan. A partir de ahí, con un smartphone, una cámara compacta, una réflex o la cámara antigua de tu abuelo hay que salir fuera y disparar, sin importar las técnicas, las ediciones… sentirse libre para congelar momentos.
Una vez conseguido esto es cuando uno ya se tiene que fijar en la técnica, en el tipo de dispositivo que más se adapte a tus necesidades, observar a otros fotógrafos, aprender de ellos…
Yo siempre doy dos consejos: uno, hacer muchísimas fotos, no tener miedo a hacerlas mal. Afortunadamente, en la era digital podemos hacer miles de fotos, visualizarlas inmediatamente y borrar todas aquellas que no nos gusten. Es un proceso largo de aprendizaje, de prueba y error. Cuanto más practiquemos, mucho mejor. Dos, vivimos en la era de la imagen. Diariamente se suben millones de fotografías a las distintas plataformas y redes sociales. Mi consejo es empaparse de la buena fotografía, de los buenos autores, aprender de ellos. Leer, ver fotos, visitar exposiciones. Cuanto más veamos, más asimilaremos y más aprenderemos.
En mi caso yo me he formado muchísimo, aunque también es cierto que en mi primera época con la cámara fui autodidacta, me tiré unos cuantos meses educando mi encuadre solo tirando en automático.
Después en la escuela de arte estuve dos años y a parte de las asignaturas que tenía de fotografía técnica o fotografía artística me sirvió muchísimo, por ejemplo, la asignatura de dibujo artístico. Me sirvió para ver luces, sombras, texturas…
Al terminar mis años de la escuela de arte me especialicé en fotografía de boda y empecé a asistir a convenciones y talleres específicos sobre el tema.Ahora mismo estoy volviendo a formarme de una forma autodidacta, leyendo muchos libros y aprendiendo fotografía de otro ámbito diferente a la fotografía social.
Lo primero, eso mismo, formarse. Bien siguiendo la enseñanza reglada pública o en academias u organismos privados. Lo segundo, leer sobre fotografía y fotógrafos. Hacerse poco a poco con una buena biblioteca, ir a «los clásicos», mirar y mirar y mirar los trabajos de los grandes fotógrafos nacionales e internacionales. Lo tercero, intentar visitar las exposiciones fotográficas que hayan en su ciudad.
En mi caso nunca hice ningún curso de fotografía hasta que realmente fui fotógrafo profesional, para mi la fotografía siempre fue mi gran hobby y mi pasión. Lo que hice fue leer y saciar mi curiosidad por aprender. Hacer muchas fotos y equivocarme muchas veces, eso es muy importante.
Cuando yo empecé eran otro tiempos, comprabas libros para aprender y había muy poco información. Yo disparaba en analógico, así que cada foto que hacía me la tenía que pensar mucho y esperar una semana a ver el resultado.
Hoy en día todo es mucho mas fácil, toda la información que necesitas esta en Internet y si te gusta la fotografía y le dedicas tiempo en nada puedes tener toda la técnica que necesitas.También las cámaras digitales son una gran ayuda ya que ves en cada momento donde te equivocas y puedes trabajar una foto hasta que sea perfecta. Con esto no quiero decir que no hay que ir a ninguna escuela ni curso, en mi caso desde que empezamos con F2Studio he hecho muchísimos cursos y talleres. Creo que son muy importantes para mejorar y crecer como fotógrafo.
Pues a mi no me gusta mucho dar consejos, creo que somos muy diferentes todos, por ejemplo mi hermana es SÚPER AUTODIDACTA, yo sin embargo necesito muchas clases de cualquier cosa que quiera aprender y sobre todo, practicar, por mi dislexia y déficit de atención, eso que está tan de moda ahora, pues yo lo tenía desde pequeña… así que a mi no me sirve cualquier curso donde no haya prácticas y no pueda ejecutar lo que estoy aprendiendo porque si no lo olvido en seguida.
Hay Másters, hay workshops, one to one, cursos online… ahora tenemos lo que “queramos” al alcance de nuestras manos. Pero la clave, en mi caso, siempre ha sido actuar desde mi corazón, escucharle y ¡sentir que es lo que necesita en ese momento! Porque cada momento de nuestras vidas tenemos unas circunstancias y unas necesidades diferentes.
Que se apunte a una buena escuela, como Blank Paper en Madrid y que haga talleres de fotografía de autor con fotógrafos de renombre. Les recomendaría lo mismo que hice yo ya que se que al menos en mi funcionó. Que busquen una cámara analógica y que descubran la magia de la fotografía.
Lo que más me gusta de la fotografía es mi propia búsqueda, ver en qué punto me encuentro y a dónde quiero ir. Hacer las cosas con sentido, no porque te lo dicte la gente o una moda. Creo que todos vamos cambiando de etapas, y como fotógrafo también te pasa, y ahora me encuentro en una etapa muy bonita conmigo misma que espero que pronto pueda verse a través de la cámara.
Como os decía al principio, no me dedico profesionalmente a la fotografía, es un hobby para mí que me está dando muchas experiencias desde hace casi 7 años cuando uní fotografía con la red social instagram. Desde octubre de 2010 mi vida empezó a cambiar. Quizás esa novedad de realizar una fotografía en el momento y compartirla con cientos de personas tenía magia, emoción…eso fue lo que me terminó de enganchar y lo que aún me tiene enganchado.
Como os decía al principio, no me dedico profesionalmente a la fotografía, es un hobby para mí que me está dando muchas experiencias desde hace casi 7 años cuando uní fotografía con la red social Instagram. Desde octubre de 2010 mi vida empezó a cambiar. Quizás esa novedad de realizar una fotografía en el momento y compartirla con cientos de personas tenía magia, emoción… Eso fue lo que me terminó de enganchar y lo que aún me tiene enganchado.
Principalmente lo variada y dinámica que es. La fotografía, cuando es auténtica, siempre aporta algo nuevo al que la mira, pero sobretodo al que la realiza.Cada trabajo tiene un profundo componente creativo y en cada uno de ellos los factores son muy diversos, lo que hace que para mi ser fotógrafo sea muy intenso y personal, pero precisamente por eso te permite conectar con otras personas con facilidad, además de propiciar el viajar y conocer otras maneras de ser y ver.
Lo que más me gusta es que es lo que siempre he querido, que ha sido un camino duro, por el que he pasado mucho tiempo, trabajo, esfuerzo… pasando épocas muy malas de altibajos, pero he sido constante y no he dejado que nadie me quite la ilusión de convertirlo en mi sueño. Puedo decir que estoy orgulloso y feliz, aunque siga costando trabajo el esforzarme por aprender más e intentar innovar, y eso es lo que me motiva, que siempre hay algo que aprendo cada día. Me hace sentir muy feliz el saber que en algo que he trabajado duro, aún siendo solo una fotografía a la gente le ha gustado.
Bueno, yo soy arquitecto. Desgraciadamente no puedo vivir de la fotografía. Hago trabajos y colaboraciones esporádicamente, pero no se puede considerar un trabajo fijo, constante o estable. Pero lo que más me gusta de la fotografía es que me ha abierto los ojos, y me ha permitido ver el mundo alrededor mía de una manera mucho más intensa que antes. Todo mi trabajo fotográfico lo hago en el exterior, en las calles, en las ciudades. Antes caminaba sin prestar atención a lo que ocurría a mi alrededor. Ahora es todo lo contrario, camino con los ojos bien abiertos, y encontrando escenas interesantes que inmortalizar constantemente.
Eso es precisamente lo que me tiene enganchado, ver el mundo, la ciudad y sus habitantes de una manera diferente. Yo nunca me había interesado por la “fotografía de calle”, y ahora soy un auténtico adicto. Me encanta encontrar rostros, miradas, gestos que antes me eran invisibles. También soy un adicto a los reflejos. Es increíble la cantidad de reflejos que nos rodean. Los encuentro interesantísimos, son una forma diferente de ver la realidad que tenemos antes nuestros ojos.
Mi profesión es la de Arquitecto técnico, pero lo que me engancha de la fotografía es el ver materializadas las composiciones que me imagino en el momento que estoy disparando con la cámara.
Te diría que a día de hoy me gusta todo, o casi todo. Me gusta el proceso creativo, pensar las imágenes desde el principio, antes de hacerlas. Me gusta la prueba y error, la búsqueda de la perspectiva correcta, la composición perfecta. Me gusta editar las imágenes, tratar una fotografía con cariño hasta que queda terminada. Y volver a empezar una y otra vez.
Me puedo pasar horas retocando una foto. Dándole vueltas a cómo mejorarla. No me canso de hacer fotos, aunque vivir de ello a veces es duro.
Aprender cosas nuevas, descubrir nuevos talentos, conocer fotógrafos con las mismas inquietudes que las tuyas. Me gustan las fotografías que me hacen reír, no necesariamente cómicas, hay fotografías que me hacen reír por ser simplemente extraordinarias.
Creo que el hecho de enfrentarnos a un reto nuevo cada día, nunca terminas de establecer una zona de confort. Puede parecer que hacemos muchas bodas, pero te garantizo que nos ponemos nerviosas la noche antes de cada una de ellas jajajajaja. Y ojalá esa sensación dure para siempre.
También la libertad que nos dan nuestros clientes, sientes que de verdad confían en ti y en tu criterio y eso no se paga con dinero. Cuando trabajamos para marcas somos parte muy activa del proceso de dirección creativa y producción, somos muy honestas en ese sentido (a veces demasiado), nunca trabajamos con marcas que “no nos creamos” por decirlo así.
EnClick10 hacemos todo tipo de fotografía pero sobre todo bodas. Nos apasiona. Es maravilloso poder formar parte de uno de los días más felices en la vida de las personas y además saber que las fotos es el recuerdo más importante que les va a quedar.
Creo que una mente creativa nunca para de trabajar, solo que necesita menos tiempo en una mesa de trabajo y más tiempo en la calle, o viajando o leyendo. Hay que dar información a la mente creativa y a mi eso me encanta. Intento trabajar lo menos posible en una mesa, aunque suele ser bastante inevitable, pero siempre me tomo mis tiempos para descansar de la pantalla y viajar, disfrutar de la playa, puestas de sol, navegar, surf, disfrutar de una comida o de tu gente. Lo que más feliz de hace de mi día a día, excepto cuando tengo una sesión de fotos o una boda, es no levantarme con despertador.
Es imposible tener muchos días seguidos parecidos. Escribo esta entrevista desde el sur de Turquía, pero la semana pasada viajé para hacer un trabajo en Holanda y la semana que viene tengo que fotografiar en Tokio.
Independientemente que esté viajando o en Barcelona lo que sí tengo son unas constantes que repito y que me ayudan a hacer mis fotos en las mejores condiciones. Por ejemplo, antes de un trabajo siempre hago una cierta planificación previa, dedico tiempo a la limpieza de mi equipo, cargo las baterías… todo lo necesario para que cuando llegue el momento de tomar las fotos pueda centrarme solo en lo que veo y ser creativo.
Es muy variable, mi día a día es empezar con una buena taza de café, eso que no me lo quite nadie porque soy un enamorado del café. Después de ahí organizo todo lo que va a pasar durante las 12 horas siguientes, reuniones, editar fotos, vídeos, emails. Eso si estoy en el estudio, si estoy de viaje… por supuesto es levantarme temprano con una taza de café (eso no cambia) y a partir de ahí salir a hacer fotos hasta que cae la noche, a partir de ahí es hacer backups, revisar.
Hay días que pueden ser de 5 horas y otros de 14-15horas, son muchas lo sé, pero en un día normal suelen ser más de 8 horas. ¿Por qué? Porque disfruto y me gusta lo que hago, llegando a incorporarlo a mi forma de vida.
Mi día a día no deja de ser diferente al de muchos de vosotros. Soy padre de un niño de 7 años y tengo las responsabilidades paternales que todos conocemos: desayunos, colegio, etc. y después a trabajar. Soy abogado y tengo mi despacho en Torrevieja, la ciudad donde he nacido y resido actualmente. Las horas de trabajo son difíciles de cuantificar porque muchas veces no dependen de uno mismo al no tener un horario cerrado. Quizás muchas veces pienso que no tengo el tiempo suficiente para dedicarle a la fotografía como yo quisiera pero así está establecida nuestra vida cuando no te puedes dedicar a tu pasión. Aún así intento sacar tiempo de donde no tengo para ello.
Bueno, actualmente la mayor parte del día la ocupa un trabajo completamente ajeno a la fotografía, y que debo reconocer que realizo por obligación, no por gusto. Pero en cuanto salgo a la calle, mi mente se abre y empiezo a buscar personajes y escenas interesantes. Suelo ir con el móvil en la mano, y la cámara del mismo encendida. El móvil es discreto y ligero, no molesta.
Le dedico muchas horas al día, porque no sólo hago fotos, también dedico tiempo a editarlas, a compartirlas en redes, a publicar post diario en mi blog, a visitar las galerías de las personas que sigo en Instagram, comentar sus fotos, agradecer los comentarios en las mías, etc. Procuro ser constante y meticuloso.
Me dedico a la fotografía en mis ratos libres fuera de mi jornada laboral como arquitecto técnico, básicamente en fines de semana o vacaciones.
Me paso los días trabajando, realmente; aunque rara vez contabilizo las horas reales detrás de cada imagen. Trabajo tanto tiempo como puedo, o me dejan, porque cuando uno hace lo que le gusta, realmente no siente que trabaja. Por las mañanas me encanta tomar café y tostadas, ducharme y vestirme sin prisas, y montar en bici de camino al trabajo.
Mi día a día lo marcan mis dos hijos, con mi mujer les preparamos el desayuno, les vestimos, nos duchamos y cada uno lleva a uno a la escuela, el pequeño aún va a la guardería. Trabajo 8 horas en la oficina, pero normalmente tengo trabajo fuera de ella, así que entre 8-10 horas.
Mi día a día es muy tranquilo. Intento disfrutar cada minuto de mi familia y aprovechar cuando estoy en casa para vivir esos pequeños momentos que son los que más me aportan. Me gusta levantarme tranquilamente y tomarme un Chai latte sentado en el sofá con mi mujer discutiendo si hoy nos vamos a la playa o a la montaña. No tengo un horario de trabajo, cuando tengo que editar me siento delante del ordenador e intento no levantarme hasta que lo tenga todo terminado, para poder disfrutar del resto de la semana. Es un trabajo muy estacional pero lo cierto es que siempre voy con mi cámara a todas partes, no lo puedo evitar.
Mi día a día es una auténtica locura, antes dependía del mes, pero ahora todos los meses son casi iguales. Intento no coger más de 25 bodas al año pero siempre estoy metiéndome en proyectos nuevos… ahora abro una segunda empresa, que pronto veréis y espero que os guste, se llama Naturalove y también es de fotografía de bodas.
Me levanto y aunque suene muy ñoño, visualizo lo que quiero para este día nuevo y se lo pido al universo… luego como creo que la mayoría de los mortales, jejeje miro el móvil, WhatsApp, mi red social privada de Instagram y si tengo emails para ver cuánto tiempo me va a llevar contestarlos. Todo esto mientras preparo el desayuno a mi hijo, a las 7:30, ya está todo listo y pongo música le despierto a besos, desayunamos y al cole. De vuelta a casa ya estoy haciendo llamadas y cuando llego sólo me queda ponerme a contestar emails y trabajo de ordenador. Intento a las 16:20 hacer un parón y estar con mi hijo hasta que se acuesta y hago la segunda jornada de trabajo y de estudio (inglés)… Por supuesto por las tardes, sigo atendiendo a mis clientes por teléfono y mensajes…
Antes de ser mamá, trabajaba una media de 15 horas diarias incluidos fines de semana, ahora por suerte la maternidad me ha enseñado a administrarme el tiempo y disfrutarlo más.
Pienso que hay determinados momentos en que una presentación física puede ayudar a dar contexto a unas buenas fotos. En ese sentido un portfolio, un sobre o una caja original pueden ser la mejor forma de hacer llegar tus fotos a manos de un cliente o amigo.
Una de las que más me llama la atención es la Caja para invitaciones o CD. El cierre en esvástica le da un componente lúdico que a la hora de recibir las fotos puede darles un valor añadido.
Con las cajas tengo un problema, y ahí me habéis pillado… me gustan las cajas de cualquier tipo, tengo cajas de cartón rígido normalmente, resistentes, que no sean demasiado decoradas pero que tengan un estilo de reciclaje… Si tienen algún cierre en cordón diferente a lo normal, eso es lo que va conmigo.
Para un regalo o un detalle siempre es importante la presentación; si lo que regalas son fotos, nada mejor que unas bonitas cajas para guardarlas y así conservar el recuerdo de una manera original y diferente.
Me ha sorprendido el catálogo de SelfPackaging y me cuesta decidirme por una solo porque me tienen ganado la “caja para fotos en color kraft” y la “caja para fotos polaroid decorada”.
Primero porque vuestro packaging es muy bonito, tenéis un elenco de cajas realmente atractivo. Y segundo…, qué bonito que tu pareja, amigo o empresa te haga llegar una foto dentro de una cajita vuestra, ¿verdad? Me parece que sería el detalle perfecto.
La que tenéis con el número 2210 me encanta.
Una buena presentación siempre es un plus a lo que vas encontrar en el interior.
Me gustan las cajas de Pascua y la cajas para Picnic.
Tan importante es la calidad de nuestro trabajo, como la forma que tenemos de presentarlo. De esta forma, parece lógico pensar que si uno nunca escogería un papel de impresión aleatoriamente para imprimir sus fotografías, tampoco debería dejar al azar el packaging donde las entrega.
Y esto es algo en lo que yo mismo he de ponerme las pilas, así que aunque todavía no tengo un favorito dentro del catálogo de SelfPackaging, me he propuesto investigarlo a fondo para encontrar una forma de presentar mi trabajo que me represente.
Creo que la imagen, el packaging son fundamentales en tu negocio y en tu vida. A mí siempre me ha encantado envolver bien los regalos. Invertir en packaging es invertir en imagen.
Después de estar un rato mirando vuestros productos, no puedo elegir ninguno. Son preciosos todos. Rodearte de objetos bonitos, hace que seas más feliz.
Las fotos en papel siempre se degradan un poco con el tiempo, si pueden estar bien conservadas siempre tendremos garantizado ese recuerdo. Además, con los años, las fotos en papel acumulan más emociones.
Las cajas para fotografías de vuestro catálogo son muy bonitas, en especial me gusta la carpeta tríptico, para guardar colecciones de fotografías.
Creo que el cliente tiene que seguir con una experiencia positiva hasta el último segundo que tenga contacto con tu trabajo, en mi caso es cuando recibe las fotos o el álbum de su boda e intento que sea algo que les guste y que vaya en concordancia con mi personalidad o con el estilo de mi trabajo ya que creo que el trabajo tiene que tener la misma sintonía, desde que entran en tu web para tu trabajo, tus redes sociales y por supuesto tus fotos.
Hay dos cajas que son mis favoritas una es la clásica de envío con tapa para llenarla de detalles, ya sean fotografías pequeñas , tarjetas, serrín o algún tipo de comestible. La otra es la caja de hamburguesas, me parece súper divertido entregar un trabajo así por que la pareja no se lo va a esperar de ninguna de las maneras y después de conocerme no les va a extrañar nada una sorpresa final y además es algo súper original.
Para mi la presentación es una parte importantísima de mi trabajo, es lo primero que ve la pareja y si lo que está viendo desde un principio le llama la atención el resto viene rodado. Además, yo soy una persona súper detallista y me encanta poder jugar con todos los modelos para que desde el minuto uno sea una fiesta.
Hace poco descubrí la caja de pizza y me tiene loco jajajaj quiero incorporarla a mi packaging, me parecería un juego increíble el abrir esa caja y encontrarte las fotos en modo porción de pizza jajajaj Sería una locura súper divertida.
Creemos que hoy en día diferenciarse como marca es lo más importante. La gente tiene que vincular tu marca con los valores que defiendes, en nuestro caso: confianza, espontaneidad, cercanía, modernidad, diseño, empoderamiento femenino, calidad…Y tu imagen, la manera en la que llegas al público, tiene que ser la representación visual de todos esos valores, que la gente vea nuestro packaging y piense rápidamente “Es muy Días de Vino y Rosas”.
Hombre pues como no puede ser de otra manera jajajajaja, nos quedamos con la caja para vinos. Todos los años tenemos en mente tener un detalle con nuestros clientes y proveedores, pero como andamos siempre a mil, nunca encontramos tiempo para ponernos con ello, pero ahora que hemos descubierto esas cajitas, ya no tenemos excusa.
Por experiencia, la presentación de aquello que ofertas es fundamental. Es el primer paso para que el producto que ofertas tenga éxito.
Me han encantado las «cajas para envíos».
El packaging es la primera cosa que los clientes ven antes de ver sus fotos y si no es acorde con lo que va dentro no tiene mucho sentido.
La caja rectangular automontable S es nuestra favorita.
Creo que el packaging es fundamental cuando tienes que dar un servicio como es entregar un USB. Una pareja recién casada o bien un diseñador o una modelo, reciben una caja que se ve que se ha hecho con encanto y con gusto.
Me gusta mucho las cajas que tenéis, que ayudan a la conciencia medioambiental, y que puedes adornar con lazos o un corazón de fieltro.
Pues para mi todo es belleza que te entra por el ojo y la verdad todo lo que esté bien hecho y con buena presentación, siempre gusta más, es cuestión de respuesta química bajo mi punto de vista… así que lo veo súper importante.
Sobre cual elegir… Uff, tal vez sea esta la pregunta más difícil, me gustan tantas….
Nos parece fundamental el terminado de nuestros trabajos. Las fotos son lo más importante pero cuidamos hasta el último detalle. Nuestros álbumes son de una calidad maravillosa, viene dentro de una caja de lino en el mismo color que el álbum. Además de las bolsas, etiquetas y el lazo para acabar cerrando la bolsa. ¡Todo cuenta!
Nos chiflan todos vuestros productos, la caja para las botellas y la de los cd’s creo que son de mis favoritas.
¿Qué os ha parecido estas fantásticas entrevistas? Nosotros hemos estado enganchadísimos de principio a fin y, sobre todo, cada vez más nos apasiona más la fotografía y la forma de sorprender a los clientes.
Gracias a todos por dedicarnos un ratito de vuestro tiempo, amantes de la fotografía por hobby o profesión, y por estas magníficas entrevistas y, sobre todo, por sus maravillosas fotos.
Pingback: Entrevista en Selfpackaging sobre Fotografía e Instagram | Gabriel Samper Kainxs
¡Muy interesante! 😉
¡Muchas gracias, Maria!